Era clara la respuesta
que trajo la madrugada
vestía de travesura
de verdad disimulada
Reveló la impostura
de las sendas trazadas
Las veredas, los caminos
aquellas oscuras marcas
Cada una de las huellas
de las costumbres pasadas
Avivando el corazón
Infinitas son sus llamas
Después vino la noche
a enseñarnos su morada.
La cubren cielos negros
le espera siempre la calma.
De los dias ya gastados
multitudes de esperanza.
La luna crece o mengua
el sueño no trae venganza.
Sólo un soplo de brisa
Antes de empezar el alba.
El aire del nuevo día
La tristeza de tu alma.